viernes, septiembre 23, 2005

Giovedi

2 cosas:
- Hoy vi el primer capítulo de la segunda temporada de lost. es bueno, uno keda pa adentro.
- Cuando venía en la micro, vi a dos personas que me llamaron la atención. Uno, era un compañero de colegio que había tenido entre segundo y cuarto básico, y la otra era una niña que alguna vez se fue conversando y comentando una prueba de medicina en un viaje en micro hace ya un par de años.
Cuando iba parado en la micro, pensaba que ese compañero de colegio de ya varios años (19 años ya, para ser exacto), era de mis mejores amigos. Era compañero de pichangas, de recreos, iba pa mi casa, etc. Yunta. Pero pasó el tiempo, yo me cambié de colegio, y no tuve más noticia de él ni de mis amigos de colegio.
La cosa es que creo tener gran memoria para recordar gente, y sobretodo sus nombres. Es más sus nombres completos. Aun cuando hayan pasado ya 20 o 15 años desde que fui compañero de curso de alguien.
Pensaba yo, mientras viajaba que podría recordar facilemente toda la gente que he conocido en esta aventura cual es el colegio, desde primero básico. Incluso sus caras. Y como no me iba a acordar de este cabro, si era amigo mío. Pero él, seguía inmutable mirando hacia la calle, contemplando el tráfico entre Viña y Villa Alemana.
El problema de recordar a la gente, es que al hacer este ejercicio pueden ocurrir dos cosas: a. uno sólo recuerda, o b. ambos recuerdan. Lo más feliz que puede ocurrir obviamente es lo segundo. Pero lo que normalmente pasa, y sobretodo a mí, es lo primero. Es decir, sólo yo recuerdo.
En una de esas es la timidez la que explica esto. Es decir, si no saludo a alguien es por el temor a la plancha que puedo pasar, haciendo el loco, saludando a alguien que no se acuerda de mi.
Parece ser, que cuando se tiene mi edad, y se echa la película hacia atrás para recordar gente, se tiene registro de ella pero con la capacidad de retención que se tenía cuando se conocio a la persona. O sea si recuerdo a alguien de hace 15 años es con mi conciencia de 10 años.
Por eso se tiene mayor recuerdo entonces de las personas que conocemos cuando somos más grandes y no cuando somos niños. Pero en mi caso, no es así. Suelo ver pasar gente que en algún momento de niño conocí, algún profesor, algún compañero de curso, y alzo la mirada para algún tibio saludo, pero nada. La indiferencia o el olvido se ríen de mi.

Es el tiempo, que hace olvidar a la gente.

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