lunes, junio 07, 2010

Plan Maestro.


Sin abusar de la palabra coincidencia, creo que el mundo gira o suele girar de cierta forma.

No me refiero al cósmico baile de rotación o traslación de este azul mundo en el que habitamos, sino a cómo se desarrollan los eventos que en el tienen lugar.

Anticipar cómo es que el mundo gira, creo yo, implica tener medio destino en el bolsillo. Tratar de escapar de eso, tarea semi imposible, nos permite controlar nuestro entorno.

No pocas veces, con espiritu tal vez casi megalómano, suelo decir "si el mundo gira como debe girar, tal acontecimiento ocurrirá...". De muestra, un par de eventos de este fin de semana, que efectivamente acaecieron del modo que yo anticipé.

Obviamente, es una ilusión. El mundo es al revés, uno transita por donde el destino lo coloque a uno, en aquello que no es posible controlar o medianamente controlable.

En forma arrogante extrema y apostólica, a veces también digo "si dios existe, tal cosa ocurrirá", y cuando acontece, ignoro si tal hecho es prueba de algo o es simplemente una coincidencia. Aunque debo confesar que esa última palabra no me agrada mucho.

Porque en esta senda de laicismo conveniente y semi fundado que inunda mi existencia ahora, y siguiendo tangencialmente a la buena dominique, es en ese pequeño o pequeños actos de probar la existencia de un ser divino, o no tanto, pero si averiguar quién o qué comande o dirija de algún modo los destinos globales de este mundo, sin hacer o echar mano a la fe, o la creencia ciega y absoluta en algo, que trato tal vez de saber por qué ocurren las cosas.

El "plan divino" "maestro" o "simplemente destino", si hemos de admitir tales , y con guiño a la autora del último blog, y también a Carlin, no van a cambiar por una vil plegaria (en el caso que usted lector convenga en la existencia de un plan de origen divino), pues ya está trazado, ahí no hay nada que hacer.

Pero ahí esta mi confusión, y con base empírica (pero sin utilizar la coincidencia). Si se logra anticipar lo que viene o en cierta forma desentreñar nuestro entorno, en cierto modo dominamos el destino que nos rodea. Pero no pocas veces, acaecen esos imprevistos a que no es posible resistir, que embrutecen y apagan todo afán de anticipo. En el fondo esa es mi duda, pues la lógica y la experiencia no me permiten en modo alguno saber o llegar a ese plan, pero la curiosidad me invita a seguir.

Me desvío entonces de esa alternativa del último blog al final de esa pregunta: Si algo no lo sé, buscaré la respuesta lógica y si no tengo una, seguiré buscando, pues callar u omitir, da pie por omisión a ese documento maestro, cuyo contenido a más de misterioso, es a la vez intrigante, en que, y a esta hora concluyo, arrogantemente por cierto, está compuesto por una sumatoria de imprevistos frente a los cuales la misión del hombre es simplemente enfrentarlos o solucionarlos, y que excluye aquello que podemos anticipar medianamente.

Mientras más afinado tengamos el filtro para entender cómo gira el mundo, quitamos espacio a aquel documento maestro que, y hay que decirlo, nos llena de los designios que conforman la esencia feliz y trágica de la vida.

2 comentarios:

El Tercer Chimpancé dijo...

Hola:

El único problema es que no existe un plan maestro que determine nuestras vidas y tampoco somos nosotros mismos, quienes determinemos nuestro destino. Lo más terrible es que quizás sean otros hombres - un grupo selecto y minoritario- los que rigen el destino del mundo y, lo más lamentable aún, es que quizás nunca vamos a entender en función de qué o de quién vivimos.
Lo único que queda entonces al hombre simple, como tú o como yo, es refugiarse en la parcela de los afectos, la que tal vez nos permita darle algún sentido a ese segundo en la historia que es nuestra existencia.

Saludos.

El Tercer Chimpancé

Anónimo dijo...

ya habías escrito de esto o ya lo había escuchado.
no se en todo caso generalmente el mundo gira en una dirección.
vl